En cada uno de los 51 "ejemplos", el conde Lucanor consulta a su consejero Patronio sobre algun asunto. Patronio en vez de darle una respuesta directa, le relata un cuento adecuado para el caso y, al final, pone toda la moraleja en un pareado. No todos los cuentos son originales, sino que son relatos tradiionales, muchos provenientes de oriente. Entre los cuentos destacan el del sueño mágico de don Illán, que inspiró una comedia a P. Ruiz de Alarcón; el de doña Truhana, precedente de la fábula de la lechera; el de los tejedores que hicieron al rey un paño invisible, utilizado por Miguel de Cervantes en el Retablo de las maravillas, y el del mancebo casado con una mujer brava, que sirvió de tema a La fierecilla domada de William Shakespeare.
El estilo de los cuentos de la primera parte, de gran naturalidad y concisión, alcanza un considerable nivel de fluidez narrativa, aunque don Juan Manuel nunca supeditó a este logro sus propósitos didácticos. En la segunda, tercera y cuarta parte de El conde Lucanor hallamos series de proverbios o sentencias, ordenadas de menor a mayor dificultad, y en la quinta y última, un sermón moral de Patronio sobre el modo en que los hombres pueden alcanzar la salvación.
El libro esta escrito en un lenguaje culto, no en lenguaje vulgar, siendo ademas elegante. Esta en un tono didactico, puesto que en todos los ejemplos se trata de transmitir o enseñar algo.
En todos los ejemplos del libro hay tanto narraciones como dialogos. Si no hubiera dialogos no habria ejemplos, puesto que todos empiezan con un dialogo entre Patronio y el conde Lucanor.
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